Las Clases en directo implican el uso de sistemas y plataformas de comunicación y colaboración muy avanzadas y generan puntos de encuentro en tiempo real donde se enseña y se aprende, de la misma forma que siempre se ha hecho: aplicando dinámicas grupales, haciendo tutorías a los alumnos de forma individual y personalizada, controlando la asistencia e incentivando la participación de cada individuo en el grupo. En entornos empresariales, flexibiliza la formación continuada de las personas y su participación en los planes de formación anuales. Podemos destacar todos estos beneficios de las Clases en directo:
En Ceina siempre hemos sido pioneros en el uso de nuevos métodos de transmisión de conocimiento, y tenemos muchos ejemplos, que van desde la implementación de un sistema BBS a finales de los 80 al uso de uno de los sistemas colaborativos más avanzados en la actualidad, pasando por proporcionar correos electrónicos corporativos a nuestros estudiantes a mediados de los 90 y al uso de las primeras vídeo-llamadas integradas en un campus en línea propio, a finales del siglo pasado.
Por eso, ahora más que nunca, creemos que una #ClaseEnDirecto es la mejor forma de enseñar... y de aprender.
Un poco de historia
La idea de hacer clases en directo nació a raíz de los proyectos de formación que Ceina llevó a cabo durante toda la década de los 90, a muchas cooperativas agrarias de Cataluña. En localizaciones remotas, donde la dispersión geográfica es elevada y los accesos son difíciles según la época del año, por las condiciones meteorológicas, tenía mucho sentido pensar en sistemas que interconectasen estudiantes y profesores en un lugar común: el digital.
En aquella época, sin embargo, apenas nacía Internet y la velocidad de las conexiones así como los costes asociados hacían inviable el proyecto. La teleformación, que de forma general y resumida implica disponer de un lugar en la red donde se deja material de estudio y de evaluación, no era, tampoco, un sustituto viable a la presencia física de un profesor y a la interacción del mismo con los alumnos.
No fue hasta finales de la primera década de los 2000, que los sistemas de comunicación experimentaron una evolución muy significativa con la llegada de la tecnología de fibra óptica y, así, pudieron hacerse realidad muchas aplicaciones que hoy en día son fundamentales para el funcionamiento de la sociedad: la telefonía sobre Internet, la videoconferencia y el entretenimiento a la carta, son tres ejemplos representativos que, principalmente las empresas del sector tecnológico, han usado desde el principio.
Desde la pandemia del Covid-19, de principios de los años 20, ha habido una notable aceleración en el uso de los sistemas de comunicación personal, tanto a nivel particular como a nivel de empresa, y se han modificado los hábitos conductuales de las personas. Lo que antes no se veía como algo natural de hacer a través de la videoconferencia (reuniones de trabajo, encuentros de familia, cursos de formación...), se ha convertido en un canal más de comunicación social. Empresas, administraciones y personas, la sociedad en general, nos hemos dado cuenta de que no importa el medio que usamos, sino transmitir el mensaje. De hecho, cuando nos ponemos a recordar si una historia la hemos leído en un libro, la hemos visto en una película o nos la han explicado, nos cuesta recordar a través de qué medio se ha hecho.